El Huerto de las Flores y la Ermita Nuestra Señora de las Nieves.
El "Huerto de las Flores" es un
pequeño, pero majestuoso, Jardín
Municipal Botánico que se encuentra situado en pleno casco de la Villa
marinera de Agaete, en el noreste de
Gran Canaria (Islas Canarias).
En su origen, el
actual jardín fue un huerto familiar (la
familia De Armas), que a finales del
siglo XIX decide plantar y cultivar los esquejes y semillas que traían de
recuerdos de sus exóticos viajes y en el qué a lo largo de los años se fueron plantando
diversos tipos de árboles y arbustos frutales y ornamentales, así como una
amplia variedad de flores, y que en el tiempo han venido a determinar
su configuración actual.
En sus años de
mayor apogeo, en el Huerto se
recogían abundantes frutos. Uno de sus cultivos más destacados fue el café, de reconocida fama dentro del
ámbito isleño.
En la actualidad,
el Huerto de las Flores está conformado
por más de 100 especies tropicales traídas de diversas partes del mundo, y de
las que cabe destacar el güiro ("crescentia
cujete", árbol que se encuentra
en el suroeste de México y Centroamérica), la macadamia (cuyas especies son originarias de Australia, Nueva
Caledonia e Indonesia y que actualmente se cultiva también en diverso países de Centro y
Sur de América) y curiosidades sorprendentes como el árbol de la Pitanga (cuyos frutos rojos son muy
usados para zumos y mermeladas América del Sur) ó el "árbol de las calabazas" en el que frutos nacen directamente
de su tronco, son muy utilizados en México en medicina popular.
La belleza del jardín del "El Huerto de las Flores", su singularidad y el exotismos de su
flora, así como la historia cultural de sus rincones (fue también lugar de tertulia de grandes
poetas canarios modernistas, como Tomás
Morales o Alonso Quesada) hacen
del "Huerto de las Flores"
un rincón de visita recomendada tanto para expertos y estudiosos de la botánica como para los enamorados de la
naturaleza.
Ermita de Nuestra
Señora de las Nieves (1532), El actual edificio es fruto de una serie de
reformas y ampliaciones que se han ido ejecutando a lo largo de sus siglos de
historia. En el interior se conservan algunas estructuras de la construcción
original, como el arco ojival y el techo de la zona del presbiterio (constituido
por un artesonado de madera de estilo mudéjar que fue policromado en el siglo
XVIII).